domingo, 1 de marzo de 2009

Ruego

En días de desesperación, alzo plegarias al cielo tratando ver los ojos de Dios, y encontrar así calma a esta encarnizada amargura que carcome mi ser.




Cielo de mi nacer,
no precipites tormentas en mi andar,
que largos mis caminos son,
y con mis descalzados pies,
el infinito me queda por recorrer.

Luna de mi crecer,
no descuelgues esa estrella,
que da cuenta de mis fortalezas,
aunque de un débil haz de luz se aferre,
mi esperanza está siempre con ella.

Sol de mi vivir,
no dejes que te atrape el ocaso todavía,
que mis ojos cansado aun no están,
quieren ver los azules del mañana,
y seguir intacto con mi fe.

Río de mi existencia,
no lleves en tu caudal,
los recuerdos de mi alma,
que son mis esencias,
sin ellos no podría yo vivir.

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