Un hombre cae en medio del silencio, desangrado cierra la luz de sus ojos, (mientras un ángel se abre paso disipando las tinieblas).
Al cuerpo inerte lo observan demonios perversos, uno llamado Envidia dice: “y pensar que siempre quiso tener lo que yo le ofrecí, ¿ahora de que le sirve?”; otro Nombrado Celos con una sonrisa comenta “¡siempre se creyó todo lo que le dije, que estúpido...!”; mientras la Ignorancia aporta “...nunca buscó la verdad, pensó tener siempre la razón sin importar la contienda perdida...”.
Pero el ángel miró al ser desparramado en miseria, y vio en sus ojos lejanos el amor no encontrado, y con una bondad infinita se compadeció de él.
Entonces besó su frente y una ráfaga caliente entró por su boca, infló su pecho y un suspiro desgarrador se escapó de sus labios.
El ángel susurró al oído del hombre, quién lloró como nunca antes lo había hecho, se levantó y tomó su miseria, entonces sonrió, y los demonios horrorizados huyeron con domicilio desconocido.
Al cuerpo inerte lo observan demonios perversos, uno llamado Envidia dice: “y pensar que siempre quiso tener lo que yo le ofrecí, ¿ahora de que le sirve?”; otro Nombrado Celos con una sonrisa comenta “¡siempre se creyó todo lo que le dije, que estúpido...!”; mientras la Ignorancia aporta “...nunca buscó la verdad, pensó tener siempre la razón sin importar la contienda perdida...”.
Pero el ángel miró al ser desparramado en miseria, y vio en sus ojos lejanos el amor no encontrado, y con una bondad infinita se compadeció de él.
Entonces besó su frente y una ráfaga caliente entró por su boca, infló su pecho y un suspiro desgarrador se escapó de sus labios.
El ángel susurró al oído del hombre, quién lloró como nunca antes lo había hecho, se levantó y tomó su miseria, entonces sonrió, y los demonios horrorizados huyeron con domicilio desconocido.
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