Frecuentes espasmos
revientan la idea de un querer,
como si no hubiese valido,
la vida anterior y su desdicha.
Llueve afuera con frialdad,
adentro la tormenta duele más,
golpea carcomiendo el corazón,
lo suyo era la silueta opaca del sinsabor,
La marea enajenada
no devolvió el mensaje moribundo de la pasión,
y preparando sus alas sin decir adios,
dio el salto y se marchó.
Engulle toda la tristeza el ego roto
sin dar el tono azul en el reflejo,
cae la noche siendo lágrimas
que recorren una antigua huella.
Humillante camino del insistir,
queriendo a toda costa dañar al sol
repite ahora sin sesar
martillando una lápida vacía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario