domingo, 8 de octubre de 2017

Lapidario



Frecuentes espasmos 
revientan la idea de un querer, 
como si no hubiese valido, 
la vida anterior y su desdicha. 

Llueve afuera con frialdad, 
adentro la tormenta duele más, 
golpea carcomiendo el corazón, 
lo suyo era la silueta opaca del sinsabor, 

La marea enajenada 
no devolvió el mensaje moribundo de la pasión, 
y preparando sus alas sin decir adios, 
dio el salto y se marchó.

Engulle toda la tristeza el ego roto 
sin dar el tono azul en el reflejo, 
cae la noche siendo lágrimas 
que recorren una antigua huella.

Humillante camino del insistir, 
queriendo a toda costa dañar al sol 
repite ahora sin sesar
martillando una lápida vacía.



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